¡Una de las cosas por las que estamos muy agradecidos en Sukha es la cantidad de increíbles voluntarios que hemos recibido a lo largo de los años! Viajeros de todas partes del mundo nos han ayudado en el funcionamiento de los hostales, aportando la mejor energía e historias de sus recorridos.

Una de ellas es Bárbara, de Alemania. Aunque solamente reservó una noche, ¡terminó quedándose cinco semanas! Porque, en sus propias palabras, “hay mucho para ver y realmente me sentí en casa, como en una gran familia, en el hostal”.

´Durante mi estancia en Sukha, tuve algunos encuentros especiales con otros voluntarios y personal del hostal, pero también con huéspedes de todo el mundo y todas las edades. Un día conocí a una profesora mexicana de música, de Monterrey, quien practicaba el oboe en su habitación mientras yo estaba sentada en la terraza. Puesto que soy también una amante de la música clásica, terminamos hablando mucho sobre el tema y fuimos juntas a un concierto sinfónico en la Universidad de San Luis. Otra persona especial a quien conocí fue Jim, un estadounidense de 79 años que aún ama viajar y alojarse en hostales, uniéndose a las largas charlas durante la cena y las cálidas veladas en el hostal, e interesándose en muchas cosas distintas.

En uno de mis últimos días conocí a Ximena, una chica peruana que estudia artes plásticas en Berlín -fue una gran coincidencia encontrarla de nuevo un mes después en el aeropuerto de la Ciudad de México, cuando ambas volamos de regreso a Alemania por la pandemia del Coronavirus.´

Le pedimos a Bárbara su mejor consejo para una escapada en San Luis Potosí. Ella respondió de inmediato con una historia. ¡Y definitivamente no podemos guardar esa joya oculta sólo para nosotros!

Consejo para una escapada en San Luis Potosí: Cráter La Joya

´Cuando Caleb, uno de los otros voluntarios en Sukha, me preguntó si quería acompañarlo en una escapada para explorar los alrededores de San Luis Potosí, no tuve que pensar dos veces, pues siempre es divertido contar con su compañía. Subimos a su auto y manejamos hacia Cerro de San Pedro, un histórico antiguo pueblo minero aproximadamente a media hora del hostal. Dimos un pequeño paseo por el pueblo, pero como fuimos entre semana y a la hora de la siesta, todos los bares, restaurantes, iglesias y museos estaban cerrados. Decidimos cambiar nuestros planes y fuimos al cráter de ‘La Joya’. En mi opinión, una verdadera gema oculta -absolutamente increíble-, especialmente porque no sabes qué esperar, puesto que es difícil encontrar información confiable acerca del lugar.´

´No había nadie ahí más que nosotros, ¡así que teníamos esa sensación especial de que el cráter era ‘nuestro’ por ese día! Fue un poco difícil llegar al lugar, por lo que confiamos en Google Maps, algo que no funcionó muy bien. Después de perder el rumbo varias veces, finalmente llegamos al pequeño camino de grava que nos llevaría al cráter. ¡No imaginábamos que nos esperaba un recorrido lleno de baches! La ruta empeoraba cada tantos metros y cuando llegamos a un portón hacia un terreno privado, Maps nos dijo que ese era el camino a seguir para llegar a nuestro destino. Después de dudarlo un poco, decidimos abrir el portón, que no tenía candado, y seguir. Después de todo, no habíamos llegado tan lejos para regresar ahora.

Tras un complicado recorrido cuesta arriba y justo cuando ambos estábamos convencidos de que este ‘camino’ no llevaba a ninguna parte, de la nada, pasamos la cima de una colina y el cráter apareció frente a nosotros. No podíamos creer lo que estábamos viendo: ¡era impresionantemente hermoso! Caminamos hacia un mirador cercano y simplemente disfrutamos la asombrosa vista por unos minutos. Después comenzamos a caminar alrededor del lugar. Excepto por una vaca muerta que encontramos en el sendero -un poco atemorizante, pero al mismo tiempo fascinante, como en una película del oeste con John Wayne- fue una vuelta increíble. Hay muchos lindos miradores de madera donde puedes descansar en la sombra y ver el cráter. Un camino los conecta a todos -sólo la última parte de la ruta, que conducía a nuestro estacionamiento no oficial, no tenía señalización. Consejo: lleva pantalones largos, pues puede ser que debas abrirte paso a través de áreas de cactáceas espinosas. Y asegúrate de llevar suficiente agua contigo, pues puede hacer calor en los días soleados. Hay unas escaleras que conducen al interior del cráter, para aquellos que quieren explorar un poco más.

Durante nuestra excursión, pasamos por un estacionamiento grande y una entrada oficial al cráter, así que, si planeas visitarlo, nuestra aventura por terracería no es la única forma de llegar. Pero prepárate para un verdadero trabajo como detective si buscas la ruta adecuada.

Tuvimos nuestra última dosis de adrenalina cuando volvimos al portón y lo encontramos cerrado a primera vista. Por suerte, sólo estaba asegurado con una cuerda, así que pudimos abrirlo fácilmente y dimos sin problemas con el camino de regreso. De nuevo en San Luis, sentimos que merecíamos una buena comida y conseguimos unas deliciosas enchiladas potosinas en uno de los restaurantes cercanos. ¡Espero que disfrutes tu escapada a La Joya tanto como nosotros lo hicimos!´